Besos de sal caerán disueltos.
Caricias ásperas de arena
y de viento
llenarán los cuencos.
Palabras simples
de arcilla
harán brotar la humedad
de los médanos.
Y tu lengua y la mía
volverán a ablandarse
con cada marea
Cuando el miedo
se espante
y desaparezca
esta distancia líquida.
Verónica Abaca
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